Esquizofrenia.

Me aprestaba a salir a mi día normal, cuando tocaron el timbre. "Por qué no contesta la muchacha?", pensé. Seguí alistándome cuando sonó nuevamente el timbre, ésta vez con insistencia. "Carambas... seguro Feli salió a barrer, se le cerró la puerta y no sacó su llavero."

Salí con la intención de abrirle la puerta, y la sorpresa me embargó por unos instantes cuando me encontré con una imagen que francamente no sospeché en ningún momento. Mi empleada doméstica, se encontraba en el suelo de la calle, abrazada por su hermana en un estado semi autístico. Su hermana me dijo que le había ofrecido un alfajor, y poco a poco empezó a quedarse callada, y a no decir nada.

Cuando salí a observarla lo primero que pensé fue en llamar a una ambulancia. Corrí a la sala a presionar el botón de Ambulancia de la alarma de mi compañía de seguridad, pero no llegaron.
Llamé 2 veces a los bomberos, y las dos veces me colgaron el teléfono de mala gana.
Los guardias de seguridad de la calle llamaron a Serenazgo por radio, y no llegaron.

Tuvimos que tomar el toro por las astas. Llamé a mi hermano inmediatamente, y con su ayuda subimos a Feli y a su hermana a la camioneta, y mal que bien, entre gritos, escupitajos, arañazos y patadas demenciales conseguimos llevarla a la posta médica más cercana, donde le administraron Diazepam intramuscular, para intentar sedarla. Realizar un diagnóstico certero era sumamente complicado, y tuvimos que llevarla así a un hospital psiquiátrico en Ate.

Surreal. Totalmente surreal.
El diagnóstico: Esquizofrenia.

Increíble pensar que una empleada de la que alguna vez dijimos "es la mejor que hemos tenido hasta ahora", y con la que hemos convivido más de un año... haya tenido Esquizofrenia y no lo hayamos sabido. Atroz!!!

Como dije antes... surreal.