20060620

Post del sábado


Hace unos días intenté postear ésto... veremos si ahora tengo suerte.

A un día del tan esperado "Día F", un virus ha cruzado las barreras cibernéticas y me ha contagiado al parecer de la gripe de Vero, sin embargo las ganas de libertad y libertinaje desenfrenado no menguan, y no darán tregua a la incipiente responsabilidad de mi hermano menor.

Debería empezar contando el motivo por el cual el Día F es tan esperado por mi persona. Es difícil empezar a relatar ésto sin mencionar algunos detalles que por la audiencia (potencial) de éste blog, prefiero no hacer, así que simplemente remitámonos a un general: Por 4 años he vivido lejos del yugo (quise decir seno) materno. Por 2 años viví completamente solo e independiente en la ciudad primaveral d Trujillo, y por dos años más viví con inmensa libertad en el hogar de mi hermana, en ésta gris ciudad. Después de tanto tiempo, durante el cual he crecido no sólo fisicamente (en relación panza/talla, la panza ha crecido y decrecido, y la talla se ha mantenido igual) el aceptar nuevamente vivir en una casa que sea regida por mi madre, compartir nuevamente espacios vitales con mi hermano, es un tanto difícil. No porque ellos sean personas difíciles, todo lo contrario. Quizá esté siendo demasiado injusto al usar la palabra "yugo", pues siempre he vivido en gran libertad, y las limitaciones a las que se me han sometido siempre han tenido alguna lógica sensata.

Finalmente vivo en mi propia casa, tengo mi carro, mi propia tv, mi propia compu... vivo tranquilo. Pero el hecho de no poder tirarme a ver televisión toda la noche y faltar a clase al día siguiente, el hecho de no poder salir a las 4 de la madrugada a comer un sánguche en algún hueco, el hecho de simplemente salir y no decir "Llego a las 4 am" (aunque no tenga que pedir permiso, es lógico que tenga que avisar que voy a salir, e indefectiblemente tengo que pedir dinero!).

Y no es que haya hecho todo ésto, sino era simplemente el hecho de que "podía" hacerlo. La potencialidad ahora representa algo grande. Libertades medio tontas, pero libertades al fin y al cabo.

Compruebo pues en carne propia que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. Lo que me lleva hacia el siguiente punto. Cuando vivía sólo, se me asignaba una buena cantidad de dinero mensual, para mi administración. De ésta manera, podía tirarme la plata la primera semana (lo que usualmente sucedía) o mantener un low profile y pasar el mes sin sobresaltos. La administración del dinero, y las libertades que éste trae es otra cosa que extraño.
Porque a mi edad, ya no es tan divertido decir "Mami, necesito plata porque voy a salir a tomar café con una amiga...". Así que de alguna manera, hago algo de terapia "justificando" el deseo que mi madre viaje.

Porque sé que puede sonar feo el hecho de "desear que tu vieja desaparezca" por un tiempo. Después de todo, se va sólo por 3 semanas... pero serán 3 gloriosas semanas. Quizá deba titularlas: Un remember con myself.

Post para justificar que sigo siendo el adolescente que sueña con que sus viejos le dejen la casa.

3 comentarios:

monich on 6:04 p. m. dijo...

jajaja... Es natural amar tu propio espacio y hacer de tu vida lo que te da la reverenda gana sin estar pendiente de la imagen políticamente correcta que debes dar ante tus padres. Yo adoro a mis padres, pero soy de naturaleza independiente. Es curioso, cuando dejé la casa paterna muchísima gente preguntó inmediatamente: te llevas mal con tus viejos???... plop!!. Esa pregunta jamás te la harían en otros países donde incluso tus padres llegan a decirte: hija (o hijo, como en tu caso) ya estás muy grande para seguir viviendo bajo las alas protectoras de la mamá gallina...
Me encanta disfrutar de mis momentos conmigo misma, mis horas de silencio leyendo algo interesante con el incienso prendido o escribiendo con la música al volumen que se me antoja y sin decirle a nadie: ya vengo, cada vez que traspaso la puerta.... Por eso te entiendo perfectamente... Have fun!

El Chepis on 6:37 p. m. dijo...

Sí pues. Mi viejo es Alemán y mi mamá peruana. Por eso a los 18 años me "invitaron" a buscar mi independencia. Me pagaban aún la carrera y prácticamente todo... pero debido a la falta de experiencia metí la pata unas cuantas veces.

Después de varios años, deciden instalarse nuevamente en la ciudad de Lima y me "invitaron" a regresar a casa. Ahí es donde empezó el shock.

viajera on 12:02 a. m. dijo...

Bueno Chepis, yo tengo 29 años y x razones absolutamente ajenas a mi voluntad y de naturaleza económica, continuo viviendo en casa de mis papás. También siento todas esas desventajas que tú sientes, excepto la de pedir plata, x suerte mi trabajo sí me alcanza para vivir tranquila en ese sentido (pero no tanto como para mudarme, x ahora). Pero admitámoslo, vivimos como príncipes: nos lavan la ropa, nos hacen el cuarto, nos engríen y tenemos compañía agradable siempre. Son bastantes más ventajas creo. Miremos el vaso medio lleno y no medio vacío.

Por supuesto un break de vez en cuando en bienvenido. Enjoy it!