Resaca y reseca

Hace algunos meses, me encontré con una situación que nunca busqué, pero que creo haber manejado de manera correcta.

Saliendo de exámenes, tomé la determinación de hacer una pequeña reunión con algunos compañeros de mi facultado. Los "usuales" como los llamaríamos. Compramos algunas cajas de cerveza, el ocasional trago barato que a todos les da asco antes de las chelas, y que después de ellas todos toman gustosos... y el amigo que llegó tarde, con 1 whisky unas latas de cerveza y quizá algo más encima.

Como buen anfitrión, (y quisiera pensar que por mi genética teutona) el alcohol no hizo mayor efecto en mi sistema, así que pude mantenerme tranquilo toda la noche. Despedí a los que se iban, separé a los que discutían, acosté a los que se dormían, arrastré a los que se quedaban dormidos/as en el baño, etc. Esa noche, hice algo bien... y algo mal.

Entre las personas que se quedaron dormidas, estaba un pata que simplemente no podía más con su alma, otro amigo que decidió quedarse por miedo de llegar a casa y una amiga, que se encontraba en lo que técnicamente conocemos como "calidad de bulto". Siendo el baño más cercano el de mi habitación, y habiendo estado ella devolviendo, al ayudarla a salir no había mejor opción que simplemente acostarla en mi cama, y que duerma. De esa forma, si sentía la necesidad de correr al baño, podría hacerlo sin mayor problema. Así que eso hice.-

Inmediatamente después salí de la habitación y regresé a la sala. Uno de los dos chicos restantes yacía en el sofá de la manera más incómoda posible y roncaba sonoramente, el otro se encontraba esperándome con las últimas cervezas. Así que ya con todo bajo control, me permití tomarme unas cuantas con éste caballero.

3 cervezas después me encontré en una situación que nunca me había imaginado. Mi amigo, con el que había hecho trabajos, exposiciones, comentado sobre mujeres, fútbol, etc... me confesaba que era gay. Y no sólo eso... sino que estaba enamorado de mi.

Shock inmediato. Traté de mantener la calma, y tomar las cosas con naturalidad. Conversamos y le dije que si bien me sentía muy alagado por su sinceridad, por sus sentimientos y por la confianza que depositaba en mí... iba a ser imposible que yo comparta esos sentimientos. Le calqué y recalqué que respetaba mucho su opción, y que me sentía orgulloso de que haya salido del clóset.

En ese momento, respiré tranquilo, lo abracé y por 1 segundo me sentí aliviado y contento con mi reacción ante la situación.
Al segundo después, sentí como sus brazos se cerraban en mi espalda y como su rostro giraba para intentar estamparme un salivoso beso!!!
Brutalmente me separé de él, di un paso atrás, y siendo consideradamente más fuerte que él noté su temor. Dió un paso atrás e intentó pedirme perdón... se dejó llevar dijo. Le dije que no había problema... que probablemente era el alcohol, etc.

Se acercó nuevamente aliviado y me dijo que era increíble tener un amigo como yo. Dió otro paso hacia adelanta y yo confiadamente le sonreí. Me abrazó nuevamente, y lo tomé con tranquilidad... hasta el momento que giró suavemente y me mordió el cuello. Ésta vez no pude contenerme. El sentir su barbilla rasposa en mis mejillas no fue algo muy agradable, y menos tener las marcas de sus dientes en mi cuello, así que desembaracé inmediatamente de sus brazós y lo sostuve del cuello. Lo sólté inmediatamente. Le pedí perdón. Me pidió perdón. Le hablé de respeto... le dije "Yo respeto tu homosexualidad, así que espero que respetes mi heterosexualidad". Finalmente se excusó por estar demasiado intoxicado, y me pidió que le indique algún lugar donde dormir. Sólo quedaba una cama, y era la de mi sobrino, que afortunadamente estaba de viaje con su madre.

Así que me quedé sin camas... el sofá ocupado por un compañero totalmente knockeado, mi cama (de dos plazas) ocupada con una compañera knockeada, y la cama de mi sobrino... pues con el tipo que dos veces intentó convertirme, cual vampiro, al gremio.

El alcohol surtió efecto una vez que me quedé sólo. Me terminé las últimas cervezas y decidí ir a dormir a mi propia cama. "Total, es de dos plazas y no pasa nada! Después de todo... es mi cama!" pensé. Así que entré a mi habitación y me di con la sorpresa de que los cajones de mi closet habían sido saqueados... y que mi compañera se encontraba dormida en mi cama con un polo y un buzo mío. No le dí mucha importancia, me desvestí, me puse el pijama y me metí a la cama a dormir el sueño de los justos.

Aproximadamente 6 horas después, me levanté con un zumbido en el oído y un pequeño dolor de cabeza que horas más tarde se acentuaría. Tocaban el timbre. Salí a abrir la puerta y era el padre de mi compañero. Sí, el papá del "amoroso". Irónicamente el papá parecía ser uno de los hombres más "machos" del mundo. Jeans, botines, camisa manga corta metida en el pantalón con una tremenda correa y una aún más tremenda hebilla, vellos por todos lados, el cigarro apretado en la comisura de los labios, una barba de un par de días y las llaves de la camioneta en la mano.

Avisé como si no hubiese pasado nada a mi compañero, quien salió presuroso y no dejó de comentarle a su padre que "fue una bombaza!". Nos despedimos de la manera más normal posible, aunque no dejé de notar que no pudo mirarme a los ojos.
Cuando regresé a mi habitación, noté al pasar por la sala que mi otro compañero no se encontraba ahí, y como me enteré después, se levantó a mitad de la madrugada y se fue a casa tras varias llamadas al celular por su madre, que había estado buscándolo por todo Lima.

Así que regresé a mi habitación y el ruido de la puerta despertó a mi compañera. Abrió los ojos, bostezó y se tapó rápidamente la boca al darse cuenta de su terrible aliento. Me maté de risa al verla, y le facilité inmediatamente un cepillo de dientes y dentífrico. Todo iba bien.

La vi un poco desconcertada, en especial cuando vió su ropa desparramada por todos lados y la recogió. Se encerró en el baño, se duchó y se cambió. Acto seguido salió sonriente y me dijo que ella invitaba el desayuno. Todo iba bien.

Llegó la hora de almuerzo y siendo domingo y sin contar con muchacha tuve que demostrar mis habilidades culinarias. Mientras cocinaba, me preguntaba a mi mismo " Por qué aún no se va?". Almorzamos y le pregunté si quería ver una película. Aceptó sin pensarlo. Así que de esa forma pasamos la tarde, curándo nuestra resaca y viendo películas bobas. A las 9 de la noche, la llevé a casa. Todo iba bien.

Al día siguiente, entrando a clase saludé a todos con la naturalidad de siempre y no pude dejar de notar que mi compañera no me saludó. Es más, no me dirigió la mirada. Lo que es peor, ninguna de sus amigas me saludó. Me voltearon la cara!

Todo ésto sucedió hace ya unos meses, y aún no me saludan, aún me voltean la cara y aún siento como si hubiese hecho algo mal. Sé que no hice todo correctamente, o quizá no de la mejor manera, pero sé también que no hice nada 100% reprochable, y que definitivamente no hice nada con ella. Así que simplemente lo que me sorprende es cómo cuando todo puede ir tan bien... la conclusión del asunto puede ser tan mala.

En algún momento intenté hablar con ella, y naturalmente, me dijo que no pasaba nada. Que todo estaba ok. Sin embargo, nada está bien. Y francamente dudo que vuelva a estarlo. Por lo menos por ese lado.