"Mi Hermano y La Vecina": La Blogonovela

El martes a las 7 am, mi hermano entr� dando un sonoro portazo a mi habitaci�n. Me despert� cual gato asustado, colgado del techo. Se acerc� de un salto a mi PC y procedi� a prenderla. Al mirar mis ojos a�n chinitos, adivin� la pregunta que se formulaba en mi mente aun dormida: "Jose, al toque nom�s, me matriculo y te dejo jatear... lo que pasa es que mi impresora no tiene tinta."

A todo �sto no pude m�s que asentir y en un murmuro mandarlo al s�ptimo infierno. Media hora despu�s, me despertaron sus carajeadas al monitor. Decid� levantarme para ver qu� rayos pasaba y me di con la sorpresa que el muy burro hab�a cometido un error garrafal en su matr�cula, y que la p�gina de su Universidad no le daba soluci�n alguna. As� que procedimos a llamar a su oficina de registros y matr�culas y le dijeron que se apersone ese mismo d�a.

Poco despu�s de desayunar, y cerca de las 11 am, mi hermano sali� presuroso de casa, con direcci�n a su facultad. De �sta manera, no muy preocupados, mi madre y yo proseguimos con nuestras rutinas diarias hasta la hora de almuerzo, en la que notamos un tanto preocupados que mi hermano a�n no llegaba a casa.

Madre como es, empez� a consumirse en preocupaci�n, y yo, como todo buen hijo con algo de saldo en el celular, proced� a llamar al galifardo �ste. El resultado de la llamada fue �ste:

-"Hola cholito, d�nde est�s?"
-"En mi facu."
-"Y??? Todo bien?"
-"No s�, abren a las 2pm."
-"Y por qu� no has venido a almorzar?"
-"Tas loco? Si reci�n acabo de llegar a la facu!"
-"Reci�n?... ya... me llamas a la hora que sales de ah�, ok?"
-"Ya, chau"
-"Ok... chau..... bruto!"

De �sta forma, mi madre qued� relativamente tranquila, pues no hab�a ning�n resultado negativo. Despu�s de almuerzo, y mientras que hac�a la digesti�n respectiva me llam� la atenci�n el "Si reci�n acabo de llegar a la facu!". Si yo lo llam� a las 2 pm, y �l sali� de casa a las 11 am... c�mo chancros se tard� 3 horas en llegar??? Mal pensado como soy, llegu� a una conclusi�n.

Un par de horas despu�s lleg� el susodicho al hogar. Camin� alegremente con aquella alegr�a que manifiestan los que han cumplido con su meta, subi� a la habitaci�n de mi madre y le confirm� que ya estaba todo arreglado, y baj� a su habitaci�n. Dentro, se encontr� con una imagen que probablemente no se esperaba.

Lo esper� sentado en una esquina de su habitaci�n, a oscuras y con un cigarrillo prendido. La iluminaci�n del cuarto, daba justo en su persona, plantada bajo el arco de la puerta. Me mir� y no pudo evitar una sonrisa socarrona, de aquellas que no pueden tener otro autor m�s que una mujer, solt� una carcajada picaresca que tom� como evidencia para cerrar el caso. El autor del crimen confes�: El primer beso con la vecina.

En el pr�ximo cap�tulo, los detalles del c�mo, por qu�, d�nde, etc.

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